Un Mensaje a La Raza de Parte del Pueblo Americano
- Carl
- Jun 11
- 3 min read


—El Réquiem Final para los Parásitos Entre Nosotros
A los cobardes que queman nuestras ciudades en nombre de “La Raza”… este es su réquiem.
Sabemos exactamente quiénes son.
Se hacen llamar La Raza. “La Raza.” Como si su sangre les diera soberanía. Como si siglos de fracaso pudieran borrarse con una bandera y un cóctel molotov. Como si el motín pudiera ganar lo que sus antepasados perdieron en la guerra.
¿Creen que esto es México? ¿Creen que esto es una caricatura de la reconquista? ¿Creen que Estados Unidos es demasiado blando, demasiado débil, demasiado dividido para resistir?
Están equivocados.
Esto es Estados Unidos de América. Y esta tierra nunca será suya.
Les ofrecimos los brazos abiertos. Alimentamos a sus hijos. Les ofrecimos oportunidad, refugio y paz. Y nos escupieron en la cara.
Vieron a buenos vecinos como tontos. Vieron la bondad como debilidad.
Marcharon por nuestras calles con banderas, no de paz, sino de ocupación. Convirtieron protestas en incendios. Vecindarios en zonas de guerra. Traficaron drogas. Niños. Terror.
Y luego se atrevieron a llamarlo justicia.
Pero detrás de sus consignas, su victimismo y su furia tribal, los vemos tal como son:
No son revolucionarios. No son luchadores por la libertad. No son oprimidos.
Son parásitos.
Una insurgencia financiada por el extranjero, escondida detrás de la piel morena, financiada por el narco, los globalistas y agentes del PCCh como Neville Singham y traidoras como Christy Walton.
Pero ahora… estamos despiertos. Y se acabó el tiempo de mirar en silencio.
Se burlaron de nuestra paciencia. Se rieron de nuestra civilidad. Nos llamaron colonizadores mientras se alimentaban del sistema que construimos.
No entienden con quién se están metiendo.
Somos americanos.
No nos doblamos. No nos arrodillamos. Y no olvidamos.
Durante décadas vimos cómo su enfermedad se esparcía—en universidades, ONGs, medios, gobiernos locales.
Pero ahora...
La fiesta se acabó.
No son La Raza. Son La Plaga. La enfermedad.
Y ¿qué hacen los americanos con una plaga?
La purgamos.
No habrá más santuarios. Ni lemas. Ni escondites detrás del activismo.
Ustedes son invasores. Y que les quede claro:
La Segunda Enmienda no fue escrita para cazar venados. Fue escrita para ustedes.
Ignoran la furia silenciosa de un pueblo que ha perdido familiares, hogares y sueños en este asalto prolongado. Confundieron a los hombres callados con cobardes. Confundieron disciplina con miedo.
Pero ahora, los lobos que despreciaron, avergonzaron y trataron de domesticar…
tienen hambre.
Y no buscamos permiso. Buscamos justicia.
Han cruzado todas las líneas. Y están a punto de descubrir qué sucede cuando provocas al depredador alfa del “fóllate y descúbrelo.”
¿Quieren recuperar el suroeste?
Inténtenlo.
Enciendan otra chispa. Saquen otra arma. Saqueen una cuadra más—
Y no desatarán una guerra. Desatarán su extinción.
Culturas enteras desaparecerán bajo el peso de su arrogancia. Su lengua, su bandera, su orgullo—serán veneno.
Llamarse La Raza será una maldición. Una vergüenza. Una advertencia a otros.
Lo que viene no será una batalla. Será una purga.
No por conquista. No por venganza.
Venganza justa. En defensa de nuestra tierra. Porque ustedes declararon la guerra. Y ahora se ahogarán en sus consecuencias.
Que quede claro—grábatelo en la frente:
No hay futuro para La Raza. No hay paz. No hay piedad. No hay cuartel.
Para su ideología, para su movimiento, para su falsa revolución— Sólo el exterminio servirá.
Ya tuvieron su juez. Ese tiempo pasó.
Ahora…
Somos el verdugo.
Muerte a La Raza. Muerte a la insurgencia. Larga vida a la República.
FAFO.

コメント